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17/06/2016

Muchos de los hábitos alimentaciones que tenemos emanan de consejos que nos han dado nuestras abuelas, de recomendaciones no contrastadas de supuestos nutricionistas o simplemente de comportamientos que adquirimos desde pequeños. Todas estas situaciones han originado una serie de mitos en torno al consumo de frutas y hortalizas, inconscientemente, condicionando nuestros hábitos alimenticios. A continuación vamos a detallar los más extendidos y a desmentir aquellos que incurren en falsedades para que nuestro conocimiento sobre las frutas y hortalizas sea más fidedigno y fiable. - LA FRUTA COMO POSTRE ENGORDA. No existe ninguna razón científica que sustente esta afirmación. Es cierto que si tomamos la fruta antes de la comida, tenderemos a comer menos. Esto no significa que la fruta engorde si la tomamos de postre. - LAS ZANAHORIAS BRONCEAN LA PIEL. Estas hortalizas protegen la piel de la radiación solar pero, en ningún caso, tiene efecto bronceador. Las zanahorias contienen unos compuestos activos con gran poder antioxidante llamados betacarotenos. Estos compuestos, además de proteger la piel, también otorgan el color anaranjado a la zanahoria. Por esta razón, frutas como la naranja o el melocotón que también son de tonalidad anaranjada, tienen poder antioxidante y protegen nuestra piel. No obstante, el consumo de estos alimentos, sobre todo en época estival, debe ir acompañado del uso del protector solar. - LAS FRESAS SON AFRODISIACAS. Por su color rojo, su forma y textura, esta fruta históricamente se ha asociado a escenas ‘amorosas’. El vínculo con estas situaciones extendió este mito que nada tiene que ver con la realidad. La ciencia todavía no ha encontrado ningún indicio que asevere que las fresas sean afrodisiacas. - LAS HORTALIZAS PIERDEN PROPIEDAD SI LAS CONGELAS Y SI LAS CUECES. Las hortalizas se congelan para poder tomar verduras de ‘temporada’ en cualquier época del año. Lo único que se ve alterada en el escaldado previo que requiere la congelación es la textura y el color de estos alimentos pero, en ningún caso, las verduras y hortalizas pierden valor nutricional cuando las congelamos. No sucede lo mismo cuando cocemos algunas hortalizas, sobre todo las que contienen vitamina C, niacina o ácido fólico. Estas vitaminas son sensibles al calor y, en cocciones prolongadas, reducen considerablemente su contenido. Por ello, se recomienda adecuar la cantidad de agua o hacer cocciones al vapor. - EL VALOR NUTRICIONAL DE LA FRUTA SÓLO ESTÁ EN LA PIEL. Esta afirmación es falsa. Tanto la piel como el cuerpo de la fruta contiene grandes dosis de nutrientes y vitaminas aunque sí es cierto que parte de la fibra y de las sustancias activas de las frutas se encuentran en la piel. Por ejemplo, la piel de la naranja es muy rica en vitamina C y aceites esenciales, la piel de la manzana y la ciruela también contiene numerosas propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Con o sin piel es recomendable comer fruta todos los días y se recomienda que, si se consume con piel, se lave bien antes de comerla para eliminar cualquier resto de otras sustancias. - LA SANDÍA Y EL MELÓN NO FACILITAN LA DISGESTIÓN POR LA NOCHE. Estas dos frutas son muy ricas en agua y, cuando se toman en exceso y en una sola toma, pueden dificultar la digestión ya que diluyen el ácido del estómago. La lista de mitos que giran en torno a las frutas y las hortalizas es mucho más amplio y, por ello, es importante documentarse antes de creernos todo lo que nos dicen.