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14/06/2013


¿Qué preferís, un plato monocromático o uno colorido? No sé vosotros, pero el segundo es más apetecible a los ojos. Un menú con matices, en el que los platos llamen la atención por su color y su buen gusto, es la mejor receta para estimular el apetito y cuidar la salud.

Una investigación americana propone la clasificación de los vegetales en cuatro grupos de colores y que ésta se use en la versión más actualizada de la Pirámide Nutricional (http://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_alimentaria).

Así tenemos verde: como espinacas, brócoli, lechugas, guisantes o judías son muy ricas en magnesio, nutriente que participa en el proceso de relajación muscular. Si falta magnesio en el cuerpo aumenta el cansancio, tensión muscular y calambres.

Blanco: como las peras y las manzanas, plátanos, ajos, puerros, pepino, zetas, ayudan en la protección vascular.
Naranja-amarillo intenso: como las zanahorias, calabaza, boniato, mango, papaya, pomelo, naranja, mandarina, melocotón y el albaricoque, contienen gran cantidad de antioxidantes que nutren y protegen la piel.
Rojo-morado: como el tomate, cerezas, uvas, fresas, bayas, sandía, remolacha, la col lombarda, el pimiento rojo, ayudan a la salud cardiovascular y a la prevención de la hipertensión.

Ya saben es hora de preparar ricos y coloridos platos usando todos los productos que nuestra Región ofrece. Animar a los más pequeños a combinar colores de frutas y verduras y seguro que así se las comen más fácilmente.