La Asociación Española de pediatría afirma que el desayuno es la comida más importante del día y debería cubrir un 25% de las necesidades calóricas diarias.
Después de las horas de sueño, y por tanto de ayuno, el cuerpo necesita energía para empezar las actividades del día. Si no consigue esta energía deberá recurrir a las reservas y funcionará “a medio gas” durante la mañana. Esto se traduce en falta de concentración y bajo rendimiento físico e intelectual. Además, algunos estudios sobre este tema han relacionado este ayuno matutino con la obesidad.
Y, sin embargo, sabemos que entre un 6-8% de los niños y adolescentes españoles no desayunan habitualmente.
Un buen desayuno admite muchos tipos de alimentos. Sin embargo, para conseguir un desayuno de alta calidad nutritiva debería incluir:
Existen muchas razones por las que niños y adolescentes no desayunan o no lo hacen correctamente, pero las que con más frecuencia nos explican son las siguientes:
Desayunar es un hábito, una rutina que debemos incorporar a nuestro día a día. Y, como todos los hábitos, se aprende. Al repetirse de igual forma cada día acaba por aceptarse como algo que, simplemente “es así” y “se hace”.
El papel de padres y cuidadores como modelos en relación con los buenos hábitos alimentarios es importante. Ellos también deberían hacer un buen desayuno y, en lo posible, compartir mesa con los niños/adolescentes.
Hay que intentar que los niños y adolescentes no vayan cortos de sueño y se levanten con tiempo suficiente. No se necesita mucho tiempo para desayunar. Probablemente 10 o 15 minutos pueden ser suficientes y, para que todo resulte más fácil, podríamos incluso dejar algunas cosas preparadas desde la víspera.
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